El alojamiento nos ha parecido diferente a cómo era la descripción, pensábamos que la playa estaba caminando a diez minutos y estaba a casi media hora y la comunicación con la anfitriona ha sido bastante pésima, además, la limpieza dejaba mucho que desear; sólo estaban cambiadas las sábanas de las camas y teníamos toallas limpias, pero la casa estaba bastante sucia. Los cacharros no estaban bien fregados, hubo que fregarlos de nuevo antes de usarlos y los muebles y telas que cubrían los sofás no estaban limpios. Había cosas rotas y la piscina/jacuzzi también estaba sucia. No funcionaba internet, se nos comentó que podríamos tener una cuna y en último momento no fue así y la propietaria, con muy malas maneras, intentó que pagásemos un extra de limpieza por haber usado la barbacoa cuando ya estaba incluido en el precio una limpieza de cinco horas. También nos acusó de haber organizado fiestas cuando éramos dos familias con tres niños y no organizamos nada, lógicamente, más que cenar algunos dias de barbacoa en el jardín. Es verdad que podríamos haberle pasado un manguerazo a la barbacoa pero no nos dimos cuenta al irnos, tampoco pensamos que había que dejar la casa mejor de lo que la encontramos. Estuvimos bien porque al final estando de vacaciones se está bien pero es verdad que la propietaria nos creó bastante desaosiego con sus comentarios y malas maneras via whatsup y que no contamos con ciertas comodidades que pensábamos que contaríamos. Una pena.