Aunque empezamos bastante mal, al final termino bien. Dicen que no hay mal que por bien no venga y en este caso fue tal cual. Elegimos este alojamiento basándonos en los comentarios de los viajeros que decidan que las habitaciones eran amplias, modernas y limpias. Hicimos el check-in y nos dirigimos a nuestra habitación. El llegar, justo empezaban a limpiarla. Evidentemente a la limpiadora no le hizo ni pizca de gracia. Queríamos ponernos cómodos para salir a almorzar y empezar a descubrir las ciudad, así que entramos e intentamos hacerlo sin molestar, sin embargo, la habitación era tan pequeña que se hacía bastante complicado. Por suerte apareció por allí una responsable del lugar que tomó las determinación de cambiarnos a una habitación que estuviera ya lista. Tras un pequeño periplo por varias opciones, terminamos en la última planta en una habitación que si se correspondía con las descripciones que habíamos leído. Una habitación muy amplia, con cama doble y un baño también correcto, no el diminuto cuchitril que había en la primera habitación (era tan pequeño que el lavabo estaba fuera, en la habitación).
Tal y como habíamos leído, el suelo de madera cruje muchísimo, con lo cual, se agradecía aun más estar en la ultima planta.
La ubicación es estupenda ya que está a un paso de zona comercial y de restaurantes, a nada a pie de la zona histórica y con un parking al lado que te cobra tarifa fija de 12€/día por hospedarte en el hostal.
Al final nos salió muy bien.